Carta a Mama Nati

Santísima Virgen de Natividad, cariñosamente llamada MAMA NATI

Pasado el medio día de este sábado 11 de noviembre, del parque Central de Tabacundo entre pitos flores y banderas los tabacundeños residentes en Quito colocan la sagrada y legendaria imagen de la Virgen de la Natividad en «papamóvil», vehículo prestado del santuario del Quinche que por sus características estructurales es apto para transportarla desde Tabacundo rumbo a Quito.

Por el barrio de la Banda en medio de miradas enigmáticas y apenadas de los moradores que desde las puertas de sus casas observan el paso de la caravana bajan a la panamericana entre el sonar de las sirenas anuncia el inicio del gran viaje, el paisaje, el perfume del campo, el azul del cielo, el canto de los pájaros, el rumor del camino la esperanza y alegría de los acompañantes es el marco que acompaña a la caravana de decenas de vehículos adornados con banderas del cantón, estampas y flores.

Besando las veredas de la parroquia La Esperanza, donde las más grandes y hermosa rosas se inclinan al paso de nuestra reina, presurosos los peregrinos se encaminan hacia Tocachi y desde el mirador mitad del mundo ya se divisa la gran capital a la que se envía un mensaje virtual…. Está en camino Mama Nati….

Serpenteando el antiguo Salsipuedes se desciende al Pisque y luego a Guayllabamba; comienza el ascenso, el corazón de los acompañantes se agita y los vehículos imprimen más velocidad para ganar distancias y tiempo. Ya en Calderón rostros conocidos, aplausos, súplicas, calladas oraciones o simplemente una lágrima se observa al paso de la madre de Dios..

Una media hora después, la gran metrópoli, aturdida por el movimiento, se detiene por instantes y toma su mirada sorprendida a ese vehículo especial donde portentosa viaja la imagen de nuestra madre, y los pitos, sirenas y luces de los vehículos, convocan a los quiteños a recibirla en la iglesia Cristo Rey. La banda de músicos al son de nuestra predilecta canción «la Tabacundeña», el estallido de los voladores el aplauso emotivo, de los fieles congregados en la iglesia de Pambachupa dan la bienvenida a la ilustre y querida visitante en medio de una calle de honor formada por los niños y niñas del catecismo de la parroquia, frente a las miradas de admiración de quienes por primera vez la observan y las lágrimas de emoción de tabacundeñas y tabacundeños, allí congregados, es colocada la imagen en la cima del altar mayor de la iglesia. Es impresionante el cuadro y el ambiente que se vive.

Quienes somos huéspedes de esta generosa ciudad, que por múltiples razones tuvimos que emigrar del suelo natal de nuestra patria chica Tabacundo, acudimos reverentes a este peregrinaje de fe y devoción a traerla a la mejor de las invitadas a visitar a sus hijos a recibir amorosa en su regazo las súplicas los agradecimientos la devoción de esta semana y quizá el olvido de un año. Ella quiso que la recemos su novena aquí en Quito, ella quiso que la traigamos desde hace cinco años.

Te contamos Mama Nati, que durante los ocho día de la novena en esta iglesia familiar y acogedora, habitó mucho de tí, sentimos tu presencia, rezamos, vi vimos y escuchamos los emotivos y acalorados sermones del Padre Froilán hablándonos de la prudencia, de los mandamientos de la iglesia, de los hijos de la familia de las familias consecuencias de los viajes a Murcia de la inundación del arca de Noe, de las lecciones de vida, del valor de las cosas pequeñas, reflexiones de que aún entre escombros puede ocultarse una joya perdida, entre las reinas puede nacer una flor, que la felicidad crece y fructifica cuando creemos en el amor. Que la felicidad hace de cada momento una vida y de la vida un único momento.

Todos los priostes, familias e instituciones con esforzada devoción han participado con recuerdos, flores música, canelas, oraciones varias pidiéndote tu protección para nuestro pueblo, para los tabacundeños ausentes, para las personas que amamos, para que algún día se borre la tristeza y se conviertan nuestros sueños en destinos..

Mama Nati: quisiera llenar el sobre de esta carta con flores, estrellas, sonrisas; con palabras significativas que vayan al nivel de tu bondad. Quisiera colocar dentro del sobre los corazones de quienes formamos la Fundación Cochasquí, de los presentes y de los tabacundeños ausentes y que haya una fiesta íntima para celebrar tu llegada. Quisiera ser fiel interlocutor para confesarte madre santa que no se puede vivir sin nombrarte cada día, sin implorar tu protección y amparo, recibe nuestras debilidades, nuestras angustias, nuestro amor.

Carta escrita con pétalos de música, con versos blancos, con pinturas de los niños en recreo.

 

Edgar Espinosa

Quito, noviembre de 2005